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El actor galés Anthony Hopkins inició su trayectoria cinematográfica en ‘El león en invierno’ (1968), de Anthony Harvey, compartiendo pantalla con Katharine Hepburn y Peter O'Toole. Su carrera cinematográfica le ha llevado a aparecer en títulos de éxito como ‘El hombre elefante’ (1980), de David Lynch, ‘Regreso a Howards End’ (1992), de James Ivory, 'Drácula de Bram Stoker' (1992), de Francis Ford Coppola o ‘Leyendas de pasión’ (1994), de Edward Zwick, además de su incursión en el Universo Cinematográfico de Marvel como Odín, el padre de Thor. Sin embargo, su nombre quedará eternamente vinculado al personaje del doctor Hannibal Lecter en ‘El silencio de los corderos’ (1991), de Jonathan Demme, una interpretación que marcó un antes y un después en su carrera.
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Con casi seis décadas dedicadas a la interpretación y 87 años de edad, Hopkins continúa acumulando reconocimientos en su destacada trayectoria. El actor acumula seis nominaciones a los Premios Oscar, alzándose con la estatuilla en dos ocasiones. La primera llegó por con su primera nominación gracias a su escalofriante retrato del caníbal Lecter en la ya mencionada ‘El silencio de los corderos’, sin embargo, varias décadas después, su interpretación de un hombre que lucha contra la demencia en ‘El padre’ (2020), de Florian Zeller, le valió su segundo Oscar a los 83 años, convirtiéndose en el intérprete más longevo en conseguir este galardón, lo que da muestra de que pese a su avanzada edad todavía se encuentra en un excelente momento profesional.
El veterano actor ha manifestado repetidamente en entrevistas y redes sociales su firme decisión de mantenerse activo en la industria cinematográfica y de las ventajas de la vejez: “Cuando envejeces tienes más conocimientos, al menos un poco más de conocimientos sobre la vida, así que sabes cómo proceder. Cuando eres muy joven, crees que sabes cosas pero no. Pero cuando llegas a mi edad piensas: ‘Bueno, sé algunos trucos sobre la vida’”. El actor mantiene una postura clara respecto a su continuidad: “Pienso que debo seguir adelante porque antes de retirarme, me muero. Tenemos que formar nuestras vidas, porque la vida es dura. Tenemos que creer en el poder de la vida”.
Su determinación por mantener viva su pasión interpretativa se refleja en sus continuas declaraciones al respecto: “Sigo trabajando a los 87 años porque me levanto cada mañana y digo: ‘Oh, todavía estoy aquí’. Tengo ganas de hacer travesuras”. Hopkins mantiene una perspectiva realista pero optimista sobre su futuro profesional: “Soy consciente de mi mortalidad. Para ser realista, sé que tengo algunos años más de trabajo dentro de mí, puedo hacerlo. Así que el trabajo me mantiene vivo. Amo trabajar. Amo ser actor. Amo la actividad”.
