Se acerca a pasos agigantados el fin de año y vienen corriendo los recuerdos de 365 días muy activos en cine que nos gusta.
Con todas las polémicas que esto puede alimentar, les dejamos aquí una pensada selección de las diez películas más notables del ámbito geek en 2014. Dejamos muchas cosas afuera, porque no se han estrenado aquí y es imposible conseguirlas o porque, de plano, no nos parecieron dar el ancho. En todo caso, esto se abre para la discusión compartida de preferencias y esperamos, aquí también, sus favoritas. De documentales a producciones independientes, de Marvel a la Tierra Media, aquí va nuestra selección.
10. The Hobbit: The Battle of the Five Armies
Para poner a The Hobbit en la lista, hubo que sopesar varias cuestiones. En realidad no fue nuestra primera elección, ni me parece que por méritos propios se sostiene una de las mejores películas del año. Aunque, claro, es una cinta espectacular –como toda la Tierra Media de Jackson–, con efectos pasmosos y mucha acción. Pero también están ahí los melodramas innecesarios y las batallas demasiado extendidas que le quitaron tiempo de pantalla a otras cosas que, siendo también fanático de Tolkien, yo hubiera preferido ver.
Habiendo dicho esto, hay que aceptar que éste es un enorme evento fílmico. Aquí se acaba la Tierra Media en pantalla y, si los rumores son ciertos, no regresará en un buen, largo, rato. Con esta película se cierra la muy ambiciosa aventura de Peter Jackson y los adictos a Tolkien podremos continuar viendo, alegres como elfos o gruñendo como enanos, esas más de 25 horas de producción fílmica. Por sus momentos de emoción y por lo que significa –y siempre significará–, aquí se finca, en décimo sitio, la muy querida historia de una ida y un regreso.
9. Snowpiercer
Se cuela por aquí también esta pequeña película adaptada de la B.D. (Cómic para los franceses) Transperceneige. Es un thriller de acción-ciencia ficción que logra hacerte pasar un tremendo rato. Bien actuada y excelentemente dirigida, esta película muestra un futuro post-apocalíptico en el que los humanos amuelan el mundo tratando de salvarlo: para frenar el calentamiento global acaban por desatar una era de hielo permanente. Sólo sobreviven aquellos que lograron abordar el tren de marcha perpetua construido por un monomaniaco obsesionado por los ferrocarriles.
De ahí, el increíble director coreano Bong Joon-Ho (que nos trajo la maravillosa The Host en 2009) agarra argumento para construir toda una fábula política de lo más interesante: ¿qué puede justificar el control total de una persona en el poder? ¿Necesitamos los humanos de injusticias para vivir? ¿Hay siempre una fuerza oculta que premedita nuestras revueltas, nuestros resentimientos? Snowpiercer es diversión garantizada y reflexión compacta en el frío, hierro y trajín de ese tren perpetuo que puede ser la vida, la voluntad de supervivencia, o, también, nuestra locura descarrilada.
8. Tim’s Vermeer
Esta película es una sorpresa inesperada: jamás hubiera anticipado, a pesar de sus ñoñas aficiones, que un relato de este tipo saliera de las mentes de Penn y Teller. Pero Tim’s Vermeer es un increíble documental que narra el intento de Tim Jeninson de replicar desde cero, sin ser él mismo un pintor, La Lección de Música (1662-1666) de Johannes Vermeer. ¿Cómo, si nadie puede tener una percepción perfecta de los tonos de luz, este pintor holandés el siglo XVII captó las texturas más sutiles de brillo y sombra con la precisión de una cámara? Intrigado por esta cuestión, Tim descubre una serie de artefactos ópticos que pudieron ayudar a Vermeer con sus pinturas.
Y aquí empieza la polémica; los historiadores del arte saltan de sus sillas y Tim responde: no hay trampa y no deberían existir los juicios de valor apresurados. El hecho de que Vermeer se ayudara o no de aparatos ópticos no lo hace un menor artista sino que lo convierte en un primer inventor de la fotografía, en un adicto tecnológico; o, por decirlo en pocas palabras, en un proto-geek. Si no lo han visto, no se lo pierdan, este documental es una joya que, sin solemnidad, pega más profundo de lo que aparenta.
7. Guardians of the Galaxy
No sé cómo redimirme en buenos términos con esta película. Hace ya rato, cuando se estrenó en México, le puse una calificación bastante inmerecida para lo grande que resultó ser. En ese momento, claro, todo era algo de frustración por ver a ciertos personajes muy queridos convertidos en algo que no me gustaba particularmente. Pero bueno, todo da vueltas.
Hace timepo tuve el privilegio inesperado de hablar con Andy Lanning –escritor y dibujante de la versión de los Guardianes en que se basó la película– y de pronto se me retachó el error de apreciación. Incluso a su creador le pareció impactante la película; Gunn había logrado capturar, fuera de los detalles en los personajes, algo esencial para los guardianes del siglo XX: el humor que rebasa la siempre presente solemnidad cósmica. Lanning me llegó a decir “esta película puede ser el Star Wars de esta generación” y con eso no estaba siendo blasfemo sino, más bien, apuntando a la capacidad de fascinar incluso a aquellos que, como Jack Flag, desprecian la locura cósmica. Por eso, queda ésta como la única inclusión de Marvel a nuestro conteo.
6. Jodorowsky’s Dune
¿Qué decir de este maravilloso documental, salvo que se queda corto un sexto lugar? Ésta es la historia de un proyecto fallido que pudo haber culminado en la más revolucionaria película de ciencia ficción de la historia. Estamos hablando aquí de Jodorowsky dirigiendo a un grupo especial de “guerreros espirituales”: Dan O’Bannon –el que escribirá después Alien (1979) y que hizo Dark Star (1974) con Carpenter–, David Carradine, Pink Floyd, Magma, Mick Jagger, Orson Welles, Salvador Dalí, Amanda Lear, H.R. Giger, y el genial Moebius. Y todos juntos para llevar a la pantalla una adaptación mística de la legendaria novela de Frank Herbert, esa biblia de la ciencia ficción, que es Dune. Esta cinta, como bien lo quería Jodorowsky, iba a cambiar el mundo.
Aparte de ser un documental genialmente fabricado, con animaciones maravillosas de los stroyboards de Moebius y entrevistas que no tienen precio, esta película nos permite ver el proceso de una producción de magnitud inimaginable. Y, sobre todo, nos muestra cómo Dune vivió más allá de su fracaso, cómo su influencia empujó para que naciera Alien (1979) y, por cadena, que se hiciera Blade Runner (1982) con todo lo que significó después. La cultura de la ciencia ficción tiene mucho que agradecer al profeta surrealista, al gran Jodo manipulador de realidades. Y ahora, con este excelente documental, podemos unirnos en voces para festejar su ambición, esa pasión desbordada, y la genialidad que permitió el fracaso más productivo de la historia cinematográfica de la ciencia ficción.
5. Dawn of the Planet of the Apes
Dawn of the Planet of the Apes aprovecha una gloriosa tradición pero también marca el principio de otra continuidad. Siguiendo las pautas de la muy bien recibida Rise of the Planet of the Apes (2011), esta nueva entrega a cargo de Matt Reeves superó, por mucho, las expectativas. A diferencia de muchas de las otras películas sesenteras y setenteras de la saga, la propuesta aquí da mucho más tela que cortar que lo que aparece a primera vista. Como ya comentamos en su momento, esta cinta es mucho más que acción ciega y monos montando a caballo con metralletas. La forma de representar al chango adoptando los errores de la humanidad y a los seres humanos bestializándose en su necia necesidad de comunicación, regresa a los planteamientos distópicos primeros de la saga renovándolos con perspicacia.
No a todos les gustó tanto como a nosotros esta cinta –y se entiende. Pero nadie puede dudar que, desde el reboot y esta genial continuación, esperamos con ansias que se expanda la saga de los changos con la misma inteligencia. De Hollywood hay que tomar todos los cachos de ciencia ficción bien armada que, fuera de sus efectos, produzcan otros cuestionamientos más interesantes. Éste puede ser, sin duda, uno de esos contados casos.
4. Birdman
En lo particular, y como ya comenté con la reseña, Birdman me pareció un peliculón. Yo sé que no trata particularmente de superhéroes y que, tal vez, no proviene del mismo núcleo cultural del que nacen todas las otras películas de esta lista. Sin embargo, cosa que no se me puede refutar, no existiría Birdman en otro tiempo y en otro lugar. Ésta es una historia de ego y creación que discute sobre arte, fantasía e imaginación y que, para lograrlo, se centra en esta época de producción hipertrofiada de películas de superhéroes.
¿Y en medio de todo esto qué nos queda? Una película que parece más pretenciosa de lo que es, una cinta que no para de burlarse de ella misma, un reflejo bien planeado de construcciones imaginarias. En cada rincón de una película increíblemente bien lograda, minuciosamente dirigida y espléndidamente fotografiada, hay humor y burla, reflexión y cariño por los reinos maravillosos de la ficción. Iñárritu se arriesgó en esta propuesta más allá de su zona de confort y logró regresarle al mundo algo que antes, con todo su hiperrealismo cruel, había negado: la importancia viva, en el día a día de cada uno, de la imaginación.
3. Under the Skin
Llegando, por fin, al bronce-plata-oro, tenemos aquí una de las mejores películas –o, para muchos, la mejor película– del año. Por desgracia, esta increíble obra no llegó a México. Actuada sutilmente por Scarlett Johansson, nueva reina indiscutible de la ciencia ficción en cine, la película narra la historia de dos alienígenas en sus experimentos de interacción con nuestro planeta. Y todo pasa por los mecanismos de seducción: el personaje de Johansson atrae con su belleza y carisma sencillo a hombres para, internándolos en un departamento de reluciente oscuridad, consumirlos. Todo empieza a salirse del cauce tranquilo de cachondeo y alimento cuando esta extraterrestre queda intrigada y seducida por el devenir humano. Y en esto lo idílico se esfuma porque los hombres pueden apreciar la belleza, como ella aprecia de pronto sus placeres sencillos, pero no podrán jamás aceptar la otredad absoluta.
No decimos mucho más, pero les podemos adelantar, con toda convicción, que no se van a arrepentir de ver esta preciosura de película; verdadera joya oscura y reflexiva que, para retratarnos mejor, utiliza conversaciones grabadas con cámaras ocultas, sin actores profesionales, de impacto crudo y verdadero. Hay algo en el trato frío visual, acompañado de un score sensual mínimo, que nos deja entrever a la humanidad desde un punto de vista ajeno, lejano. Y en este reflejo nos descubrimos, en toda extrañeza, desde las pulsiones más evidentes y bestiales, hasta nuestras muy complejas e infinitas capacidades de odio y amor.
2. Interstellar
En el segundo lugar de nuestro conteo queda la más ambiciosa cinta de ciencia ficción que se ha hecho en años. Como toda gran película para un gran público, Interstellar despertó pasiones: hay quienes la amaron desde antes de que saliera, hay quienes mantuvieron este amor –o lo aumentaron– al verla, y, finalmente, hay quienes se sintieron profundamente desilusionados. Y todas estas razones no estriban en la manufactura. Aquí no puede haber dudas: Nolan es un extraordinario narrador, un cineasta hecho y derecho, un amante de la cultura geek en toda su extensión que logró plasmar ese amor con increíble precisión visual e impacto emocional.
La polémica alrededor de Interstellar empieza y acaba con su mensaje final en el complejo desenlace amoroso y transdimensional. Aquí es donde algunos se confundieron al punto de no encontrar camino de regreso y otros se toparon, perplejos, con una explicación muy sencilla –y tierna– a todos los males humanos. En cualquier caso, hay que reconocer una cosa: Nolan dejó mucho de las voladas de cráneo y delirios de imaginación suelta en Inception (2010) para regresar aquí al esquema familiar que cimentó Spielberg en la ciencia ficción mainstream de Hollywood. Mientras que a muchos fanáticos de la ciencia ficción dura esto les pareció una regresión decepcionante, muchos otros supieron, y eso es indudable, que esta película quedará instalada como un gran clásico generacional.
1. The Internet’s Own Boy: The Story of Aaron Swartz
En el primer puesto queda, para este año, un increíble documental que pesa con toda la importancia de una causa cimentada en la tragedia. Ésta es la historia de un prodigio, del niño genio que cambió románticamente, desafanadamente, un brillante futuro en Silicon Valley por la búsqueda generosa de un mundo mejor. La película en sí es excelente: bien armada, bien documentada, eficiente y poderosa.
Aquí vemos los principios de un programador: a Aaron Swartz aún niño tecleando en una computadora y preguntando perplejo “¿por qué no hace lo que le pido?”. Aquí seguimos también los pasos de este discípulo implacable de las enseñanzas de Sir Tim Berners-Lee que luchó, en su corta vida, por conseguir que el Internet fuera un derecho universal para cultivar la libre distribución de conocimientos. Ésta es la historia de una tragedia, de la derrota del niño visionario y de un sistema que se encarnizó sobre una sola persona, minúscula e imponente, que lo hizo tambalearse. Este mártir de tantas causas no murió por dar un ejemplo, murió por la suma de la estupidez oficial de instituciones corruptas; y esta película que lo demuestra debería estar al alcance de todos, como bien lo hubiera querido Swartz, en nombre de las causas bellas y justas.
Este primer puesto no es nada más por el documental que valientemente retrata su vida, es para Aaron Swartz, con todo el cariño de aquellos que vivimos en el internet recordando, con tristeza siempre, la muerte de su hijo más prodigioso.