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La misión imposible de recuperar lo que se quedó la Iglesia: “No hay manera de saber qué se inmatriculó con la firma de un obispo”

Basílica de Santa María del Mar.

José María Sadia

21 de febrero de 2025 22:35 h

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Cuatro años después de la publicación de la lista de casi 35.000 inmatriculaciones llevada a cabo por la Iglesia entre 1998 y 2015, las asociaciones y plataformas siguen exigiendo al Gobierno saber qué bienes han sido registrados durante el último siglo, y se quejan de la falta de avances ante una situación que parece estar casi como al principio. “No hay manera de saber cuáles son los bienes inmatriculados con la firma de un obispo”, resume José María Rosell, presidente de la plataforma Recuperando, que aglutina a diferentes colectivos que reclaman toda la información disponible sobre los más de 100.000 bienes que, calculan, fueron inscritos por la institución eclesiástica entre 1946 y 2015.

Sin esos datos es imposible efectuar reclamaciones en caso de apropiaciones irregulares. Y son miles los inmuebles y fincas sobre los que no se facilita información, o sobre los que se ofrecen descripciones demasiado genéricas que impiden saber a qué se refieren, o inscripciones de una propiedad que en realidad aglutinan múltiples elementos. Y no es algo que achacar solo a la Iglesia. Recuperando apunta también a los registradores de la propiedad.

“El actual listado solo contiene un cuarto o un tercio del total de la información, y ni siquiera permite identificar los bienes”, se queja Rosell. Los únicos documentos que aparcarían las dudas son las notas simples de los inmuebles, pero el camino para poder obtenerlas está siendo poco menos que imposible. “Es un problema que compete al Ministerio de Justicia y a los registradores: uno tiene que exigirlo y los otros, ofrecer esa información”, sostiene el portavoz de la plataforma. Recuperando señala a los registros del país como “aliados” de la Iglesia. “Han inmatriculado cosas que taxativamente estaban prohibidas, como los lugares de culto”, ejemplifica Rosell. Y algunos son edificios tan reconocibles como la catedral de Sevilla o la basílica barcelonesa de Santa María del Mar.

“Es una iglesia”

Durante sus investigaciones, la plataforma catalana Recuperant se encontró con una respuesta insólita. El colectivo quería abordar un caso muy conocido, popularizado por la novela de éxito literario de Ildefonso Falcones La catedral del mar. El libro, que tuvo su réplica en televisión en forma de serie, incide en un aspecto clave en la relación entre monumentos y titularidad: ¿a quién pertenece un templo construido a través del esfuerzo de todos los ciudadanos?

La plataforma tenía noticias de que la basílica de Santa María del Mar de Barcelona había sido inscrita por la Iglesia de forma reciente. Es más, el acceso había dejado de ser libre y, desde hace varios años, es necesario pagar una entrada para ver el interior. “Sabíamos que Santa María del Mar se había inmatriculado, pero queríamos conocer los detalles”, introduce Dino di Nella, portavoz de Recuperant. Con los datos de la referencia catastral, solicitaron una nota simple marcando como motivo la casilla “Investigación jurídica y consulta”, una de las cuatro opciones disponibles.

La respuesta del Colegio de Registradores los dejó boquiabiertos: “Nos negaron la información diciendo que no correspondía dar esa información porque se trataba de una iglesia; nada más”, relata Di Nella.

Dino di Nella portavoz de Recuperant

La respuesta del Colegio de Registradores los dejó boquiabiertos: “Nos negaron la información diciendo que no correspondía dar esa información por el motivo que habíamos indicado, porque se trataba de una iglesia; nada más”, relata Di Nella. “Al margen de que Santa María del Mar sea un bien comunal, de todos, nos parece que con esta respuesta se cae el principal argumento del Gobierno cuando dice que cualquier ciudadano puede acudir a un registro para pedir la información que quiera, pues a nosotros se nos negó”, afirma. Solo en Catalunya, la plataforma calcula que los bienes afectados por las inmatriculaciones eclesiásticas superan los 10.000. En la lista elaborada por el Gobierno figuran 4.192.

Solar de cementerio con iglesia en su interior

“Más del 80% del listado de bienes está afectado por falta de información”, asegura la Coordinadora para la Recuperación del Patrimonio. Señala que los datos facilitados en el listado público de bienes inmatriculados por la Iglesia impiden, en la mayoría de los casos, saber de qué propiedades concretas estamos hablando. “Hacen referencia a casas, ermitas, viviendas o fincas que no se sabe cuáles son”, censura su presidente, José María Rosell. El caso más evidente en esta situación hace referencia a uno de los templos más populares de Asturias. Se trata de la iglesia de Santa Cristina de Lena, que está incluida en la declaración de patrimonio mundial del arte prerrománico asturiano.

Pese a su popularidad entre los vecinos y amantes del patrimonio, el templo aparecía consignado como “capilla en Felgueras”, expresión difícilmente asociable al edificio de Lena. En el caso asturiano, no obstante, el inventario facilitado se acompaña excepcionalmente de una columna en la que aparece un “número de registro” que, consultado en el registro de la propiedad pertinente, permitió identificar la iglesia. Para localizar el resto de inmuebles habría que repetir el proceso, referencia a referencia.

Las diferentes asociaciones y plataformas que reclaman información sobre los bienes inmatriculados se han encontrado con decenas, cientos de casos similares. Cómo saber a qué nos referimos cuando aparecen denominaciones tan genéricas como “rústicas”, “inmuebles”, “suelos”, “parcelas”, “solares” o, simplemente, “fincas”, donde el único dato diferencial es el nombre del municipio en el que se encuentran. De ahí que los hallazgos que se van produciendo sean tan esporádicos como sorprendentes. Al investigar a qué se refería una de las casillas del listado público con la información “solar del antiguo cementerio”, la realidad es que se acompañaba un dato mucho más esclarecedor: “...dentro de la cual se halla enclavada la iglesia parroquial de San Julián de los Prados”. Es decir, el más antiguo de los templos prerrománicos de Asturias, que se encuentra en la ciudad de Oviedo.

La catedral de Sevilla, el pack “todo en uno”

Otro de los principales problemas que afectan al listado público ofrecido por el Gobierno tiene que ver con la organización de su contenido: aparece información sobre inmatriculaciones, pero no sobre bienes inmatriculados. Es precisamente esta circunstancia la que lleva a los diferentes colectivos que luchan por la transparencia de los datos a calcular que las 34.961 referencias consignadas deberían triplicarse al menos, para conocer el número aproximado de bienes afectados. Este cálculo, que tiene como base la experiencia documental realizada en Navarra (de la que resulta una media de 3,4 bienes por cada inmatriculación), arroja ya una cifra total que supera fácilmente los 100.000 bienes.

Pero, si sorprendente es la cifra, lo son aún más los abundantes ejemplos de inmatriculaciones que encierran todo un conjunto de bienes mucho más amplio que el original, en el que las propiedades se multiplican. Particularmente llamativo es el caso de la catedral de Sevilla, donde se incluyen “dependencias anexas” junto con el edificio, una anotación que se refiere a algo tan poco voluminoso como la propia torre campanario del templo —la Giralda— o un espacio que tampoco pasa desapercibido, como el patio de los Naranjos.

Aquí, los ejemplos se disparan. En la catedral de Valencia se llama “dependencias complementarias” a la torre del Micalet (siglo XIV), mientras que la inmatriculación de la parroquia de San Salvador de Artá en Mallorca incluyó, de paso, las murallas históricas de Artá y los jardines interiores, recuperados por el Ayuntamiento tras acudir al Tribunal Supremo, según informa la plataforma Recuperando.

Asimismo, a la catedral de Jerez se le añadieron un par de “reductos” que, en realidad, son espacios abiertos con circulación habitual de personas y de vehículos. Y en Getafe se inscribió la iglesia de Santa María Magdalena y la propina, en este caso, fue todo el espacio del Cerro de los Ángeles. Sin olvidar uno de los clásicos de las inmatriculaciones practicadas por la Iglesia: las plazas públicas. Esto ha sucedido, por ejemplo, en Alcalá de Henares (plaza de los Niños), Córdoba (plaza del Pocito) o Fuerteventura (plaza de la iglesia del Puerto), entre decenas de ejemplos. Es lo que Rosell, presidente de la plataforma Recuperando, denomina “pack todo en uno”, una de las realidades que dificultan la tan exigida transparencia al Gobierno en este asunto y, por lo tanto, permitir identificar la realidad afectada por las inscripciones.

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